sábado, 17 de diciembre de 2011

La vida está llena de contrastes y los que quieren ser más importantes son los que más los cultivan. Así por ejemplo, para ser especial, extraordinario, tienes que ser desdichado, el sufrimiento fortalece el ego en su lucha permanente con la desventura. En la felicidad el ego se difumina, las cosas y el mismo ego dejan de ser tan importantes, hay la sensación de tenerlo todo sin nada de lo externo o muy poco del mundo de afuera nos pertenezca. No por otra cosa Cristo dijo que le es más fácil al pobre ser feliz, entrar en el Reino de los Cielos, que al rico.
Los árboles son felices, los pájaros son felices y los demás animales, porque no tienen un ego luchando por aparentar lo que no son, y para tener cosas que le hagan ver importantes a los demás, porque en el fondo cada quien sabe lo que realmente es.
La desdicha también te hace sentir importante porque despiertas preocupación o compasión en los otros; cuando eres feliz por el contrario puedes despertar hostilidad y envidia en los demás. ¿ Cómo es que éste se permite ser feliz en un mundo de tanta desventura ? Cuando una persona alcanza a ser enteramente feliz la gran mayoría se vuelve contra él, de alguna manera les está echando en cara su infelicidad. Cuesta mucho ser feliz en un mundo donde predomina es la infelicidad.
La persona feliz deja de formar parte del mundo creado por las mayorías, se libera de la esclavitud del tiempo, y hasta dejan de tener valor cosas que para otros son de la más alta estima. A esta forma de vida fue lo que un sabio recomendó: " hay que aprender a vivir realisticamente en un mundo imaginario ", en realidad no es que el mundo sea imaginario, simplemente es que muchos son los elegidos y pocos son los escogidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario