sábado, 17 de diciembre de 2011

Madres "Malas"

Algún día cuando mis hijos sean suficientemente grandes para entender la lógica que motiva a los padres, les diré...

Te amé lo suficiente como para preguntarte a dónde ibas, con quién, y a qué hora regresarías a la casa.

Te amé lo suficiente como para insistir en que ahorraras para coprarte una bicicleta aunque nosotros, tus padres, pudieramos comprarte una.

Te amé lo suficiente como para fastidiarte y estar encima de ti durante dos horas mientras arreglabas tu cuarto, un trabajo que me hubiese tomado a mi sólo 15 minutos.

Te amé lo suficiente como para dejar que vieras mi ira, mi desilusión y las lágrimas en mis ojos. Los niños deben entender que los padres no son perfectos.

Te amé lo suficiente como para dejar que asumieras la responsabilidad de tus acciones aunque los castigos eran tan duros que rompían mi corazón.

Pero sobre todo, te amé lo suficiente como para decirte NO cuando sabía que me ibas a odiar por ello. Esas fueron batallas muy difíciles para mi, pero estoy contenta de haberla ganado porque al final, también las ganaste tú. Y algún día, cuando tus hijos sean lo suficientemente grandes como para entender la lógica que motiva a los padres, tú les dirás:

¿Tu mamá era mala? Yo sé que la mía sí. ¡Era la mamá más maluca que había en todo el mundo!:

Cuando otros niños desayunaban caramelos, ella nos hacía comer cereal, huevos, leche y tostada.

Cuando otros niños almorzaban con Pepsi y galletas, teníamos que comer carne y ensalada. Y puedes convencerte que nos preparaba cenas diferentes a las de otros niños también.

Mi mamá insistía en saber dónde estabamos todo el tiempo.Parecíamos convictos a prisión. Ella tenía que saber quienes eran nuestros amigos y lo que hacíamos con ellos.

Nos da pena admitirlo, pero ella rompió las Leyes del Trabajo de Menores, ya que nos hacía trabajar. Teníamos que lavar los platos, ayudar a sacar la basura, darle de comer al perro, arreglar nuestro cuarto y toda clase de trabajos forzosos.

Ella insistía en que dijeramos la verdad y, cuando llegamos a la pubertad, ella podía leer nuestras mentes.

La vida era difícil. Ella no dejaba que nuestros amigos tocaran la bocina de su carro al llegar a buscarnos a nuestra casa. Ellos debían llegar hasta la puerta donde ella pudiera conocerlos y saludarlos.

Mientras otros amigos y amigas podían tener novios o novias a los 12 o 13 años, teniamos que esperar a los 16.

Por nuestra mamá, nosotros nos perdimos de muchas experiencias con otros niños: nunca probamos drogas, nunca estuvimos presos ni guimos vándalos.

Fue todo su culpa.

Ahora estamos solos en nuestra casa, estamos bien educados y somos adultos honestos. Estamos haciendo lo mejor que podemos para ser padres malucos, tal y como lo fue mi mamá.

Ahora sabemos lo que está mal en este mundo: sencillamente debería haber mayor cantidad de mamás malucas

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